sábado, 14 de mayo de 2011

MEXICO - Caught between Violence and Poverty


Emiliano Zapata

Siento una gran admiracíon hacía el pueblo mejicano y la primera vez que tuve la suerte de conocer su bellísima ciudad me sentía como si ya hubiera estado antes ahí.  Quedé tan deslumbrado por sus increibles edificacíones de estilo colonial que me parecía estar en cualquier parte de mi querida España.  Pero fueron sus gentes la que más me impactaron debido a su calor y sencillez.  Es por eso que me duele en lo más hondo de mi corazon su terríble problema del narcotráfico.  Mientras el pueblo mejicano se desangra en una especie de guerra civil entre los carteles de la droga y el ejercito, la sociedad civil es tomada como rehén en esta guerra impuesta por el gobierno del presidente de Mejico, Felipe Calderon.

Los más pusilamines desearían que los militares regresaran a los cuarteles.  Entonces según ellos los niveles de violencia podían bajar y la sociedad dejaría de padecer las atrocidades de la que ahora es una victima inocente, ya sea por parte de los carteles o los militares.  Encíma tenemos el espectaculo bochornoso en el que la clase política sacan buen redito de esta situacíon sin importarles la dimension de la tragedia.  Es estupido suponer que los problemas de Mejico se van a resolver con suspender la actuacíon del ejército.  Nunca dejará de ser cierto que para derrotar la delicuencia organizada es necesario un nuevo modelo de conducir la economia y sobre todo atajar los gravísimos desajustes sociales que padece el pais.  La militarizacíon que se está llevando a cabo en Mejico contra el narcotráfico ha demostrado después de 4 años que no ha sido lo más acertado después de un balance aterrador de 34,000 muertos, la inmensa mayoria gente inocente, o como se dice ahora daños colaterales.

El crimen organizado se ha instalado en las estructuras politicas y economicas de Mejico debido a la corrupcíon imperante mientras los partidos políticos están haciendo un uso ilegítimo de los fondos publicos para su beneficio privado.  El daño social y moral que está causando la corrupcíon es tremendo para la sociedad ya que al vivir con esta lacra el ciudadano se desmoraliza, llegando a pensar que ser honesto no es rentable.

Carlos Slim


I feel a great admiration towards the Mexican people and the first time when I was lucky enough to experience its beautiful city I felt as if I had been there before.  I felt so bedazzled by its incredible buildings from the colonial period, and it made me feel like I was in any region of my beloved Spain.  But more than anything else it was the people there that created the most impact with their warmth and modesty.  It is for this reason that it pains me from the bottom of my heart when I read about its problem with narcotrafficking.  While the blood of the Mexican people is spilled while caught in the crossfire between the drug cartels and the army in what is akin to a civil war, the civil society is taken as hostage in this war imposed by the government under the president of Mexico, Felipe Calderon.

The most fainthearted would prefer that the military return to their barracks.  According to them, the level of violence would decline and the society would cease to suffer the atrocities, of which they are victims of both the drug cartels or the military.  In addition to this, we witness the embarassing spectacle of how the politicians take advantage of this situation for their political purposes with no regards for the dimension of the tragedy.  It is silly to think that the problems of Mexico would be resolved just by suspending the military's actions.  It has never been more clear that to overcome organised crime, it is necessary a new model for the economy and above all to eradicate the severe social injustice that is afflicting the country.  The militarisation that is being carried out in Mexico against narcotrafficking has demonstrated that after 4 years, it has not been the most appropriate after a death count of 34,000, ths immense majority of which are innocent people, or as they put it, collateral damage.

Organised crime is already part of the infrastructure of the politics and the economy of Mexico due to the prevailing corruption, while the political parties are illegitimately using the public's funds for its own benefits.  The social and moral damages to its society caused by the corruption is tremendous, as the citizens feel more and more demoralised with the faults of society, thinking that it is no longer worthwhile by being honest.

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